…más alla de apedillarse «Trujillo»…

ranfis D Trujillo

Único caso en el mundo, en la República Dominicana todo lo que tenga que ver con los Trujillo, por Ley, están destinados a desaparecer.

Su vivienda abandonada, por ejemplo, en lo cual podría ser un Museo a esos años grises, son un claro elemento para analizar que los que tiene que ver con el tema no han sabido abordarlos o entender que nadie puede borrar la Historia.

Por ello, las anécdotas, vivencias, incluso historietas y fábulas, se entrelazan para convertir el personaje en Leyenda, negativa para unos y otras en positivo.

Expresiones de desprecio se confunden con gritos de Viva El Jefe, confunden a las nuevas generaciones que creciendo en contextos inseguros y corruptos pueden querer que aquellos oscuros tiempos vuelvan, colocando los pro y los contra en una balanza.

Cada quien saca sus conclusiones, algunos de ellos olvidando el clima de terror y muerte que culminó con su muerte hoy sabida por órdenes de la CIA norteamericana.

Hoy aparece un nieto de Trujillo arrastrando el controvertido apellido de segundo, pero colocándole delante; buscando que no se le llame por su nombre sino por este seguido de todos sus apellidos, para hacer notar obligado que su «linaje» es del abuelo dictador.

Educado en los Estados Unidos, sin arraigos absoluto ni conocimiento del día a día de la República Dominicana, llega apelando a las críticas a la democracia aun incipiente, corrupta y falta de institucionalizad que impera, vendiéndose como Mesias, con el mismo discurso que la oposición incapaz de tomar el poder pero con el peso que le concede ser nieto del controvertido personaje que protagonizara una dictadura de 30 años.

Más allá de su apellido, el nieto de Trujillo…. pues no se le puede llamar Ranfis, o Ranfis Dominguez, no sabríamos de quién se trata, no hace propuesta alguna sobre que haría en caso de tomar el poder, peor, su discurso tiende a ser vago en argumentos o copia y pega de lo que los críticos casi apolíticos que nunca han alcanzado el poder en la República Dominicana o que no han podido derrotar a la casta que se ha fundido con malas prácticas desde la llamada oposición, hablan.

El «nieto» del dictador no tiene nada bajo la manga y la prensa, ávida de cubrir su desnudo sentido de que es una historia, ni quiere o no sabe llegar más allá que escuchar un candidato más, sin propuesta, nada que ofrecer, hablando de lo que no sabe pero esta vez con el peso que le brida el tener un apellido histórico y controversial.

 

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